He vuelto por el Árbol de la Memoria, me llamó Juan Niza para una entrevista que se verá en Onda Mezquita.
Me llamó la atención que apenas hay pintadas, lo que dice mucho a favor del civismo en el barrio de Fidiana. El anterior que firmó sobre el blanco del tronco era un tal Paco; ahora es una chica que pone hasta su apellido: Inma Guijarro. Le antecede Bacalao, que no sabemos si es su amiguito o su propio apodo -aunque entonces hubiera puesto La Bacalao-, qué intriga.
Lo que está un poco más deteriorado es el pedestal; aunque, todo hay que decirlo, parece que respetan la zona donde está la información y se dedican a rallar la parte superior que, libre del barniz, se oxida y va conformando una auténtica obra de arte matérico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario