Todo esto viene a cuento de que mi querido sobrino Sergio ha rastreado por internet y ha descubierto otros árboles semejantes al que hice para el barrio Fidiana. Hay más árboles en el Parque Juan Carlos I de Madrid, en Chile, otros más útiles y en pequeño formato y otros que funcionan imitando a la naturaleza. Aunque niguno desarrolla un poema tridimensional. En el mio fue el poema el que configuró la estructura, el que tuviera forma de árbol fue una consecuencia.
En fin, que no hay que estar tan pagados de uno mismo, la originalidad no es más que una función ejecutiva, porque todos tenemos ideas brillantes, aunque algunos ni se dan cuenta -nos tienen demasiado entretenidos en otras cosas-.
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